viernes, 21 de marzo de 2014

Coralia en Hungría, días 1 y 2


Coralia
European Grand Prix 2014
18-19 marzo 2014
Días 1 y 2



10 de la mañana: Hora de llegada al Aeropuerto Luis Muñoz Marín en San Juan de Puerto Rico. Es inevitable decir:  llegó el momento.  Siempre he visto a Coralia seguros de sí mismos y listos para cualquier concierto y/o competencia; pero esta vez vi mucha más madurez en su seguridad y en su trabajo. Han sido meses intensos de ensayos, campamentos corales y conciertos. Se les veía caras de contentura, de deseos de cantarle al mundo.  Están listos y punto. Llegaron todos uniformados con la camisa negra, la bufanda y el abrigo de Coralia.  Todas las maletas estaban identificadas con el logo de Coralia y nuestros nombres.  Los familiares vinieron a despedirlos y a desearles éxito entre muchas bendiciones.

Y entramos a la puerta de embarque número 8. Todavía teníamos tiempo para comernos algo. El viaje era largo, casi dos días. Sabíamos que el cansancio venía y teníamos que prepararnos para él. Nos acomodamos en espera de que nos llamaran para el abordaje. Pero Coralia quería dejar su música en el terminal de American Airlines de San Juan de Puerto Rico y cantaron Son de la loma de Miguel Matamoros.  Con los aplausos de los pasajeros abordamos el avión que nos llevaba a nuestra primera parada:  Nueva York.

A las 5:30 de la tarde llegamos a Nueva York.  No teníamos que preocuparnos por el equipaje porque llegaría directamente a Hungría. El próximo vuelo era a Londres y salía a las 8:15 de la noche.  Nos daba tiempo a cenar algo en el terminal y así hicimos.  Abordamos a las 7:30 de la noche y partimos de América a Europa. En el avión hacia Londres cantaron Tormento y nos acomodamos al largo viaje.  Llegamos a las 7:35 de la mañana, hora de Londres, 3:35 am en Puerto Rico.  Nuestra estadía en Ingaterra era de diez horas. Después de evaluar en grupo cuánto nos costaba un recorrido sencillo por la ciudad y regresar al aeropuerto, optamos por quedarnos y esperar en el terminal. Fueron lentas las horas, el cansancio se apoderó de todos.  Fue prácticamente irremediable. Al menos, descansamos en las sillas y suelos del aeropuerto londinense. 

Llegó la hora de almorzar y nos dirigimos al terminal para la puerta de embarque y comer allí.  Pasamos las rigurosas medidas de seguridad del aeropuerto londinense; laptops, ipads, zapatos, aerosoles, cremas, pastas de diente, correas, metales, en fin, todo a las cajitas grises y a pasar el control de la bendita chicharra. Se tardaron un poco, somos un grupo grande y con mucho equipaje de mano, además habían muchos pasajeros. Los registros fueron estrictos, abrieron casi todos nuestros equipajes de mano y el bendito sonido de esas máquinas emitieron unos acordes grisáceos que forzaron al personal de seguridad a ese registro que envolvía tocar nuestro cuerpo. Son requisitos y reglamentos, no hay problema.

Nos dirigimos a almorzar y luego a esperar hasta las 6:10 que salía nuestro vuelo hacia Budapest. Puerta de embarque 24A era la de nuestro vuelo hacia Hungría. El cansancio seguía creciendo, pero no las ansias de llegar y comenzar esta aventura.  Abordamos y en tres horas y media llegamos a Budapest.  Todo nuestro equipaje llegó completo y sin problemas. Pero todavía faltaba otro trayecto y era llegar a Debrecen, la ciudad sede del European Grand Prix 2014. Un autobús estaba a nuestra espera y el trayecto a esta ciudad era de tres horas. Silencio, no hablar y a cuidar esas voces.  Llegamos a las 1:30 de la madrugada del jueves 20 de marzo al Hotel Centrum en Debrecen.  Allí nos dieron nuestras tarjetas del cuarto, ya no son llaves, con nuestro accesos a WIFI. Subimos a nuestros cuartos a descansar, no sin antes conectarnos al bendito Facebook y avisarle a nuestros familiares y amigos de la red social que habíamos llegado bien y que disfrutaran de nuestras fotos del largo trayecto del viaje desde el Caribe a Europa.

José A. Robledo González
Documentalista





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